domingo, 26 de abril de 2009

jueves, 23 de abril de 2009

domingo, 19 de abril de 2009

miércoles, 15 de abril de 2009

miércoles, 8 de abril de 2009

AL MILGROM, UN CURRANTE

En los años 70 son varias las publicaciones a las que se asocia el nombre de AL MILGROM, eran sus brillantes comienzos de carrera. 1974 fue el año de su consagración como autor profesional, cuando es galardonado en el premio SHAZAM de la Academey of Comic Book Arts de Estados Unidos, constituida en 1970 para una mayor unión de los creadores y para incrementar el prestigio de la industria del cómic. En concreto, encontramos mención en la categoría de "Destacados nuevos talentos” a Paul Gulacy, Craig Russell y AL MILGROM. Todo un éxito, y pare usted de contar.

Es decir, comencemos desde el principio. El otro principio de la trayectoria de este autor americano; AL MILGROM es conocido en el panorama sobre todo por su labor en MARVEL COMICS. En 1975 entra en la compañía y comienza a hacer sus primeros lápices (ya sabemos que en el estilo de trabajar de la editorial se separa el dibujo del entintado, siendo realizado por figuras diferentes). En 1982 comienza una etapa estable al dibujo de uno de los personajes importantes de la casa, Peter Parker, the Spectacular Spider-Man y podemos decir que es entonces cuando pasa a ser una figura destacada y consagrada para la editorial. Poco a poco le llegarán oportunidades con Los Vengadores, Hulk, Lobezno, Secret Wars II, y numerosos especiales. Las idas y venidas de autores para ganarse la vida como mejor podían -lo que es lógico, donde se sentían valorados y bien pagados- facilitó la participación de Milgrom también como guionista: en la serie de Spiderman que dibujaba; en el recién estrenado relanzamiento de Increíble Hulk de 1984 tras la temprana marcha de Byrne; y en la serie limitada Mephisto. Otra actividad seguida fue la de hacer las veces de editor de diversas colecciones. Qué decir de estos trabajos: creo que todos los lectores de cómics de superhéroes hemos ODIADO A MILGROM alguna vez: al dibujo demasiado correcto (toma modelos anteriores y no aporta demasiado su sello personal para lo bueno) y a veces incluso es poco elaborado o limitándose a lo justo, y al guión defiende como un lobo su presa, lo que hay de antes, la idea clásica, ya está hecha, por hoy y por siempre, en una intención continuista ante todo.

Sobre todo teniendo en cuenta lo que iban a montar en breve Alan Moore y Frank Miller en su propio país por aquellos años la verdad es que el pobre quedó en un muy modesto papel pese al escaparate tan importante en que se encontraba. Pero los 80 eran años duros para Marvel, la empresa buscaba otros mercados que dieran mayor beneficio como las series de animación para televisión sin el éxito esperado, hasta el punto de ser vendida dos veces. Quizás sí fue necesario el todoterreno de lo mínimo que constituyó Al Milgrom, a lo mejor para estar en todo aunque en nada con el objetivo de que los personajes no se perdieran.

Al Milgrom se recicló y continuó desde 1989 en el campo del entintado, y así estuvo en trabajos continuos (algo para valorar) en una buena parte de las colecciones de la casa, alternando entre ellas. La mancha en su buen expediente de fidelidad y dedicación vino cuando en 2000 fue despedido por introducir un ataque al editor en jefe saliente, Bob Harras, que rezaba así disimulado en una viñeta que entintó: “Harras, ha, ha, he’s gone! Good riddance to bad rubbish, he was a nasty S.O.B”, en cristiano, “Harras, ha, ha, ¡se largó! Buen viaje a esa mala basura, era un asqueroso H.D.P. No obstante, esto fue temporal y ha vuelto a su tarea a las tintas, como ha sido el caso de Marvel: The End.

En MARVEL se ha pasado su vida el bueno de Al, a las duras y a las maduras, tapando agujeros. Ha hecho de todo lo que se le requería y todo lo que él mismo veía que podía hacer para la supervivencia del sello editorial y esos personajes que tanto han impactado en generaciones de todo el mundo, y que aún hoy día siguen presentes merced al cine y el merchandising. Siempre ha estado en un plano discreto, cumpliendo con su deber y muy atento a ello por cierto. Atendiendo a la progresión de sus comienzos sin duda observamos que sacrificó el desarrollo de su estrellato individual en pos de la vida para una casa de superhéroes. Agradecemos hoy tanta dedicación por parte de una persona individual a una empresa privada cuyo único interés es lucrarse, siendo el cabeza de una familia de papel, es raro ver casos de este tipo de entrega y creemos que es justo reconocerlo. A lo mejor Milgrom heredó ese carácter heroico de antaño, hidalgo, ciego de lucha hasta la muerte por sus ideales o su hogar. Viendo su foto y la caricatura que se realizó él mismo, no parece un mal tipo.