viernes, 30 de septiembre de 2011

VICEVERSA, EL TROTACOSMOS DE JAN

Una vida está lleno de momentos, y a pesar de esta acumulación, algunos los recordamos más intensamente y otros menos, aunque posiblemente como instantes no se diferencien tanto unos de otros. Pero cada uno se vuelve irreproducible debido a las circunstancias que afloraron en él, y sus implicaciones pueden llegar a ser dulcemente inexplicables, por esto es por lo que reconocemos hitos temporales en nuestra memoria. Para esta ocasión, traigo uno de los primeros encuentros que desde aquí tuvimos con nuestro admirado autor JAN, a través de la obra “Viceversa, trotacosmos de ida y vuelta”. Nuestro estudio, que hemos desarrollado en colaboración para “Sigue al Conejo Blanco”, en teoría nunca podría repetir aquella ocasión, aunque la revisión se nos antoja en lo personal sumamente encantadora y valiosa, porque en su día nos abrió las puertas al resto de trabajos de Jan, y como momento importante para mí creo que me merecía de tal dedicación. Para su desarrollo, hemos dividido el trabajo en dos partes, aquí los enlaces:

Parte 1: RUMBO SUR

Parte 2: FECHAS MÁGICAS

Allí podréis leer el resultado de nuestra investigación, que básicamente trata del encargo que el Grupo Pandora de Sevilla realizó a JAN, y que éste elaboró entre 1984 y 1991. Constituía un proyecto sin ánimo de lucro y de escasa distribución, que no me llegó directamente, sino que lo conocí gracias a los amigos que me lo prestaron, y cuando uno tiene que separarse de un objeto tan admirado, a la hora de devolverlo siente una extraña nostalgia, acaso ansias de posesión (la que hoy día me ha llevado a tener mis estanterías vencidas por el peso de los rebosantes libros). Por ello ubiqué entonces ejemplares en dos bibliotecas públicas de la provincia de Sevilla; aunque estuvieron disponibles varios años para su consulta, con los años desaparecieron y sólo localicé uno restante, en la ciudad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, y actualmente y ni siquiera ése. La verdad es que no comprendo cómo pueden expurgarse o desaparecer de los catálogos obras tan valiosas y únicas, ello nos empobrece culturalmente.

Pero con el tiempo comprendí que las obras nunca se pueden poseer realmente, sino que se disfrutaron en un momento, y puede que la relectura sólo nos lleve a aquella vez. No obstante, lo impredecible de los acontecimientos ha querido que nuestro buen amigo Juanma, persona en continua búsqueda de referentes, hallara de nuevo esta obra en el mercado de segunda mano e incluso nos la haya obsequiado. Obviamente, todo ha cambiado, pero en este déjà vu regalado no sólo hemos recuperado algunas de esas interesantes sensaciones de entonces, sino que hemos descubierto cosas nuevas que nos han sumergido en un análisis más profundo y meditado, realizado durante los últimos meses a través del propio dibujo y las inspiraciones entre aficionados que hemos ido recopilando con el tiempo, de las historias y de su Historia, del autor, e incluso mediante una pequeña excursión en busca de las fuentes geográficas de Sevilla con que Jan pudo trabajar en aquella época, y que nos ha resultado tan mágica como el personaje Viceversa. En fin, los días, meses, semanas o años pueden haber ido pasando, pero para este caso encontramos en toda esta realidad una constante irrefutable: JAN no ha dejado de ser un maestro, hecho que tambalea nuestros principios físicos más (o menos) establecidos.

FAIRPLAY Y PAZ [PIS]. 2x23

jueves, 22 de septiembre de 2011

BESTIARIO DE ANDAR POR CASA.11

No era el único amigo que tenía, pero aquel chaval quizás trataba a Allen Palma Dosiempre más a menudo que a otros. Mientras jugaban en el parque, o en clase mientras la maestra daba la murga con sus hipos al hablar, o practicando balonmano, Palma le contaba sus peripecias viendo revistas pornográficas y presumiendo cómo se empajillaba. Hablaba como si tuviera muchas experiencias sexuales. Tendrían como 12-13 años, y a él no le había llegado todavía la presión hormonal, que por otro lado, diríamos tampoco es que se retrasara mucho.

El caso es que Palma era más precoz. Primero se entusiasmó con las niñas de su edad que habían madurado más, pero como ellas no tenían ni el más mínimo interés en pringaos como ellos, los preferían mayores, pues él cambió sus intereses también hacia las tías mayores, que eran más cálidas en su trato con los jovencitos. Cuando decimos mayores nos referimos a las amigas sesentonas de su abuela, que jugaban al bingo en una terracita al aire libre del barrio. Por una o por otra, Palma siempre hacía a sus amigos salir por allí y luego se las aviaba para darle un abracito a la ganadora de la partida, y de paso también a la perdedora (por su altura baja, su cabeza se apoyaba en el pecho de la señora y volvía después con los colegas, triunfal, señalándoles su “tienda de campaña”).

El caso es que un día él fue al bloque de Palma a llamarlo y presenciaron una despedida de lo más amorosa entre un vecino con pinta de alto directivo y una tía madurita pero que estaba como un cañón. Él llevaba una maleta de equipaje y parecía que se iba para unas semanas, y le hablaba sonriente pero quizás algo despectivo, como incitándole a que no saliera para nada de casa en su ausencia, que pidiera las compras por teléfono. Se despidieron con un beso en la boca, mientras a ellos se les caía la babilla hasta el suelo viendo el contoneo de sus caderas de vuelta al portal. Creyeron notar que los miró de refilón. En el ascensor sacó un cigarro y lo encendió mientras los ojeaba divertida, ellos colorados como tomates y mirando al suelo por el rubor y por el humo. Se bajó en su planta y se despidió: “Hasta luego, corazones”.

Arriba, como siempre, mientras hacían un lego, Palma decía que se la iba a tirar, como a tantas otras, que a esa tía pum-pum y que le saldría un líquido blanquecino por el pito. Él se reía a carcajadas, algo nervioso, y Palma martilleaba sarcástico: “¿No te lo crees, no te lo crees?”. En esto sonó el timbre, abrió su abuela y escucharon la voz ronca de la vecinita, pidiéndole a la anciana si le podía ayudar a doblar una manta muy grande. Palma salió disparado y se ofreció (los ofreció) a acompañarla.

Bajaron a su casa con ella, y les pidió que se acomodaran. Se descalzó y observando al final de sus vaqueros sus pies desnudos y sus blandas pisadas hacia los dormitorios notaron de forma consciente y pujante la presión de su “tienda de campaña”. Palma y él se reían por lo bajo, y en ésas estaban cuando de repente apareció la mujer con una camisón demasiado transparente para su ritmo cardíaco, y sin nada debajo. Traía la manta, y se colocaron los dos en un extremo y ella en el otro. Con cada doblez, estaban más cerca, olían su perfume de matalauva, y en ocasiones hasta se rozaron con sus piernas. Recuerda que cuando estaba completo el trabajo, les temblaba el pulso y se les escurrió su asa de la manta, que se balancéo hacia las piernas de la mujer. Se agacharon y en el suelo se arreguincharon a sus tobillos y empezaron a lamerlos y acariciarlos hasta las rodillas. Ella se quedó quieta y sin decir nada, en principio ninguno se atrevía a mirar hacia arriba, y el chico querría salir de allí pero ya. Sin embargo, Palma le guiñó un ojo y subió, y le dio un abrazo como hacía con las viejas. Él se cayó de culo hacia atrás, y vio cómo la mujer se sacaba los pechos, unos pezones negrísimos y grandísimos, y le sostenía fuerte la cabeza a Palma mientras la hundía en ellos. Vio mojarse sus pantalones y pensó que se corría, pero la mancha era tan extensa y goteaba tanto por los botines que no sabía si quizás se meó. La mujer le hurgaba con una mano los pantalones en busca de algo y con la otra agitaba el cuello de Palma y se desprendía de su blusón. Él se fue a su casa pero pitando.

No supo qué más ocurriría allí, ni después en los siguientes días, porque no vivía cerca. Aquello los marcó, pero sobre todo a Palma, que se transformó en un tipo taciturno, tartamudeaba y no decía dos ideas seguidas. Antes de los 20 ya estaba calvo, colmado por los vicios, se duchaba poco y andaba continuamente en problemas. Parecía mayor, de esos hombres que ninguno querríamos que anduviera cerca de nuestros hijos o hijas, pues es probable que muchos de ellos, confundiendo la fantasía de su inocencia con la realidad, y añadiendo la rebeldía que da el descubrimiento del mundo, cayeran en esa telaraña.

Este hombre, aquella mujer... ¿qué circunstancias conducen hasta aquí? ¿Por qué resarcir las frustraciones adultas utilizando a los niños? ¿Qué vacuna hay para este virus que arruina vidas?

miércoles, 7 de septiembre de 2011

EL INMORTAL PUÑO DE HIERRO


Observando el filón que ha encontrado Hollywood con las adaptaciones de superhéroes pero también cómo el Cómic está siendo capaz de nutrirse del trasvase de medios para ampliar la promoción de sus obras, quizás haya que considerar de otro modo las –a veces demasiadas- trasformaciones que para ello se realiza de obras consolidadas. Puede que dentro de MARVEL ya se hayan explotado los personajes principales, de ahí que el siguiente paso lógico sean “Los Vengadores”, aunque yo –que confieso mi enamoramiento hacia los personajes de esta compañía- creo que aún quedan historias con la suficiente entidad como para contarlas de manera unitaria, como por ejemplo las que podemos leer de PUÑO DE HIERRO.

El personaje Iron Fist (Puño de Hierro) fue creado en 1974 por Roy Thomas y Gil Kane, como una forma de respuesta al creciente gusto por las películas de artes marciales que se estaban produciendo en EE.UU. Otros autores como Chris Claremont y John Byrne les sucedieron y continuaron dando sustancia al personaje. En apariencia: un puño que brilla, la máscara a modo de pañuelo pirata, los ojos de Spiderman y la gama cromática de los colores complementarios amarillo/verde. La excusa, un occidental llamado Wendell que vivió y murió en la ciudad de dioses oriental K’un-Lun; allí se elegía a su mejor guerrero para enfrentarse al dragón inmortal Shou-Lao, y si lo vencía obtenía su poder, canalizando fuerza y energía a través de su mano. Wendell fue un gran luchador pero nunca consiguió llegar a tal galardón, pero sí su joven hijo, tras quedar huérfano y ser heredero de una rica fortuna: Daniel Rand, que usa estos poderes como héroe de la Tierra. Poco después se asoció a Powerman y formarían el grupo de los ‘Héroes de Alquiler’, una suerte de detectives superheroicos, apareciendo a su vez otros personajes importantes como las Hijas del Dragón, es decir, Misty Knight y Colleen Wilson. Así, Iron Fist se mantuvo con vigor en el universo Marvel hasta mediados de los 80, cuando decidieron matarlo a consecuencia de Secret Wars. John Byrne, que tenía gran cariño por el personaje, lo resucitó a principio de los 90, y más o menos ha venido subsistiendo por aquí y por allá hasta el año 2006.


En la otra parte del camino al que pretendemos llegar en este artículo, se encuentra Ed Brubaker. Durante su éxito en DC, en 2002 pasa a realizar además trabajos para su filial Wildstorm, donde también trabaja Alan Moore. En su seno, entran en contacto y recibe de alguna manera su influencia, que le llevarán a realizar –en nuestra opinión- sus mejores trabajos hasta la fecha: Point Blank (que concretamente dedica al mismo Moore) y también Sleeper. Poco después la buena relación le otorgará la oportunidad de escribir para el de Northampton una historia de Tom Strong. Mientras Moore realizaba su 2ª etapa en los cómics mainstream, con ABC, confesó a George Khoury en una entrevista de 2003 que Joe Quesada lo había contactado personalmente para que, “junto a Frank Miller, liderara una revolución en Marvel”. Como sabemos, no fructificó el asunto, en absoluto. Quesada esperaba que así fuera, puesto que Moore nunca había trabajado directamente en la Marvel americana ni tenido problemas con él; el conflicto que aún duraba no era ajeno a ellos, pero provenía de su serie Marvelman, que realizó en Marvel UK. El caso es que algún tiempo después, Brubaker estaba creciendo mucho como autor y se dejaba querer por Marvel en entrevistas, así que fue el elegido y finalmente recaló allí en 2005, con un contrato en exclusiva y una libertad creativa como pocas veces se le había permitido a un autor en la empresa, que parecía reservada sólo a los valores consagrados. Quesada, sabedor del valor de Brubaker como escritor en alza, no quiso que se le escapara otra oportunidad de futuro y le otorgó además la posibilidad de publicarle obras de creación y derechos propios (hasta la fecha, ha realizado Criminal e Incógnito).

La verdad es que en esta etapa marveliana –que continúa hasta la actualidad- Ed Brubaker está rindiendo a un alto nivel. Trabajando desde las bases y la continuidad, está refrescando personajes clásicos de la compañía como el Capitán América y Daredevil, especialmente el primero, al que ha convertido en piedra angular de acontecimientos globales para el universo Marvel, tan interesantes como ‘Civil War’. Pero en 2006, ya asentado en la empresa, recoge también el testigo de Iron Fist (uno de sus personajes preferidos de su infancia, según confiesa) y lo introduce en la serie de Daredevil, para más tarde realizar su propia miniserie y otorgarle de entrada un nuevo apelativo de cosecha propia: “El inmortal Puño de Hierro”. Pese a la antigüedad del personaje en la casa, y aunque parezca mentira que nadie utilizara nunca un sobrenombre para él, hasta ahora no se había realizado esta acción tan propia para otros personajes de Marvel. Y así comienza una historia que nos parece que le ha dado al personaje nuevos aires que le han otorgado una riqueza y una frescura inesperadas.


De modo que la trama básica en la que nos queremos detener se muestra en los tres tomos de PANINI (y que se contiene en 16 números americanos). Tomando elementos del pasado, y ampliándolos siempre desde el respeto a la continuidad, primeramente tenemos al antiguo enemigo Davos enfrentado de nuevo a Iron Fist pero realmente en búsqueda de otra figura. En este momento entra en acción un nuevo Puño de Hierro, Orson Randall, que coexiste en secreto aún con su sucesor. Algo tan evidente, pero nunca usado, como que existió antes de Rand todo un linaje de Puños de Hierro sale a la luz, y también llega el momento en que la ciudad K’un-Lun lo reclame como arma para participar en un torneo que se celebra cada 88 años contra las armas de otras seis ciudades celestiales más, que no son sino el mejor guerrero de cada una de ellas. El evento realiza guiños a Bola de Dragón y a los videojuegos tipo ‘Street Fighter’. Todo este tiempo han permitido al actual guerrero Rand usar libremente su poder en el Tierra, pero realmente el destino del Puño de Hierro le pertenece a K’un-Lun y reclaman su uso en esta hora clave. En juego está un premio, que disputa la frecuencia en que el territorio de cada ciudad mística se aparece en la Tierra.


Se recrea así toda una tradición que se suma a los datos que ya teníamos sobre los ya existentes en el personaje, y confronta el papel del Puño de Hierro actual con la genealogía heroica a la que pertenece y la jerarquía a la que está sometido. En este sentido, Orson Randall se constituye como el inconformista que desafió su destino y su legado, además de haber averiguado más sobre sí mismo y su poder que todos sus predecesores. Aun siendo un recién llegado, su significación encaja de repente a la perfección con la de Daniel Rand, al que hará conocer mejor su poder, aprender a canalizar la energía del dragón, averiguar el significado de su fortuna, y en definitiva afrontar un crecimiento personal. No obstante, Randall posee una inusitada fuerza argumental, hasta el grado de que en algunos momentos de la narración hasta se come a Rand como personaje. Por otro lado, Brubaker es consciente de la tradición marvelita de dar coherencia a la totalidad de su Universo, así que integra la amenaza de la organización Hydra, ahora dirigida por Xao, y que inesperadamente también llegará el momento en que aporte importancia a la mitología del Puño de Hierro. Tampoco olvida a antiguos compañeros de la colección de Iron Fist, como Powerman, Misty y Colleen, que en principio no cumplen un papel excesivamente relevante en esta historia pero su presencia se justifica en el sentido de que conectan a Daniel Rand con todo lo que está ocurriendo a su alrededor en el universo Marvel en este momento –el evento Civil War, recurso de contextualización que además se ha seguido perpetuando en la forma de proceder últimamente de la compañía.


Ésta es básicamente la justificación del argumento, pero por medio hay múltiples hallazgos más que hacen que el personaje y su propio nuevo microuniverso dentro de Marvel gocen de una vida envidiable. Al guión, Matt Fraction apoya a Brubaker, y quizás sea el que aporte ese tono de humor que se saborea por sus páginas. Se añaden otras historias independientes sobre los Puño de Hierro anteriores, y es un dato importante no perderlos de vista porque suponen no sólo un enriquecimiento de los argumentos del personaje en sí, sino que serán luego los que den vía libre a la creación de una serie regular a partir de esta miniserie de 16 números.

Especialmente me gustaría resaltar el dibujo del español David Aja, aunque barra para casa, pero de entre todos los participantes en el apartado gráfico creo que es el que mejor ha sabido captar la esencia de la acción, a esa manera deudora de los hallazgos de Michael Lark y su combinación con las variopintas artes marciales, y por otro lado ha sido capaz de reconciliar la historia con el estilo noir tan característico de Brubaker, y que algunas veces conlleva mucho de reflexión y mucho texto, lo que representa una dificultad para un grafismo en general tan dinámico como el de los superhéroes.

Echando una mirada rápida hacia atrás por las páginas de la miniserie vislumbras la cantidad de situaciones y la riqueza de otras figuras que participan en la composición. En una primera lectura me pareció que la aportación de tantas referencias nuevas habían difuminado un poco al mismo protagonista, Daniel Rand, pero tras otros visionados, aparte de que todo ello adquiere su importancia al final del argumento, no lo sufre el personaje. A decir verdad, opino que tan sólo en estos 16 números iniciales hay ya un material rico para hacer esa película sobre Iron Fist que decíamos al principio, si parece que ésa es una de las nuevas formas de llegar a las historias Marvel en la actualidad.

En definitiva, Puño de Hierro puede considerarse una figura secundaria dentro de este universo, pero hemos visto que buceando tan sólo un poco hemos encontrado un trabajo interesante, perfecto para dar el salto a otros medios, y junto al apoyo y seguimiento que muchos compañeros anónimos hacen de las historias sobre cómics que van leyendo, ¿qué nos impide dudar del torrente capaz de inundar nuestra imaginación que se guarda en todas esas páginas de papel ya realizadas y las que aún están por hacer?

jueves, 1 de septiembre de 2011

“JOKES”, nuestra nueva serie gráfica

Hoy, tomando como fecha simbólica la del nuevo “curso”, estrenamos en Sigue al Conejo Blanco una serie de tiras bajo el nombre de “JOKES”, con selecciones de Irene L y formalización de Maese ABL. Con ella pretendemos dar rienda desde nuestro propio cómic a un interés particular por otra disciplina, la Educación. Por otro lado, acompañamos la amplia labor que están desarrollando allí otros dibujantes como NACHO, acción que constituye un complemento que suma diferentes cualidades a la publicación de entradas más teóricas.

¡Quedan entonces invitados!

ENLACE

FAIRPLAY Y PAZ [PIS]. 2x19