viernes, 22 de febrero de 2013

EL JOVIT, por Jesús Martínez del Vas


La parodia es una de los pilares básicos del humor. Ojo, pero el humor no es todo parodia, pues también ha de gozar de ingenio y creatividad. Lo que sin duda estoy de acuerdo con Niko de Cálico Electrónico, prologuista de una edición anterior de esta obra, es que hacernos reír es una de las cosas más difíciles de conseguir.

"EL JOVIT" es un recopilatorio de tres historias difundidas primeramente por Internet hace unos años y luego publicadas por Medea Ediciones: "El Jovit", "El origen del Objeto Único", "El Silmejillón: Historia de Boben y Lucien" y "Los archivos del Rol de los Panchitos". La editorial Dolmen ha reeditado recientemente este tebeo de Jesús Martínez del Vas (JMV).

Obviamente, se trata de una parodia de la archiconocida obra de J.R.R. Tolkien, "El hobbit". La verdad es que el reto era difícil, porque la parodia entendida como coger una obra y recontarla en forma burlesca no siempre funciona al ser un género hoy día ya tan trillado y utlizado. Pero se nota que JMV conoce perfectamente el libro del que parte y que además lo aprecia, lo que no quita que eso lo retenga a la hora de hacer su desmontaje sólido y transversal.

La historia principal de este tomito propone los elementos básicos de la versión original: narra el viaje que el mago Tamarit se propone en compañía de 14 enanos con irrelevantes y ridículos nombres para recuperar el tesoro que les había robado el dragón Zuuum-Chomp con objeto de sentarse sobre él (¡!). Ante tal propósito, solicitan la compañía del jovit Bulbo -no se sabe muy bien por qué, al tratarse de un ser de supuestas costumbres pacíficas (que en el fondo no lo son en absoluto). Ya tan sólo el enfoque irónico sobre los sinsentidos de la propuesta nos mueven a la reflexión. Todo el que ha leído y disfrutado el libro original al ver esta historieta al menos se replantea el placer onanista de celebrar ya todos y cada uno de los aspectos de él, que es algo muy dado en los llamados fenómenos frikis, de los que muchas veces todos participamos y nos dejamos llevar.

Cada hecho, cada logro de "El hobbit" o del resto de obras de Tolkien aludidas se reelabora con burla hasta el gamberrismo; por ejemplo, el famoso anillo ahora es un condón usado, o Gollum, nombre elaborado por relación con un sonido gutural ahora se llama literalmente Ghggxpuf, la onomatopeya del gargajo. Pero el acierto de este cómic no es la mofa porque sí, porque me da la gana, sino porque el autor nos vuelve a contar una historia que conocemos o incluso amamos de una forma fiel y plagada de comentarios sobre ello. Nos hace broma de todo lo que pilla, algunas muy sencillas y directas, que nos mueven a la carcajada directa y otras nos sacan la sonrisa para sumirnos en nuestros pensamientos. Se trata de la parodia de nombres, o la aportación de personajes y sucesos de su propia creación (como por ejemplo el único habitante del pueblo del dragón, que hace de todo allí, desde alcalde hasta señorita de compañía para los viajeros). De esta forma, nos ofrece otros puntos de vista sobre el relato, y habitualmente cambiándolos y relacionándolos con más libros, películas o cualquier elemento fácilmente reconocible de la cultura de masas más popular y callejera. Ves esto o aquello y cualquiera que vea un poco la tele y haya leído algo en su vida (aunque sea poquito) entiende el chiste.


Las páginas del tebeo son muy densas, están colmatadas de dibujo, detalles y textos, de diversión en definitiva. Hay algunas de hasta 6 tiras de viñetas. El estilo es a mano alzada, muy rápido y efectivo, como un apunte en directo recién salido de la mente. A menudo lo más importante se sale de los límites de la viñeta, como una nota movida por la inspiración del último momento. Los trazos son de varias líneas y una mancha apresurada  va dando forma a la ilustración, a menudo inacabada como si contara con nuestra participación para completar su formalización, y con ello hacernos cómplices de un porcentaje de la interpretación, que podrían ser tantas como lectores. Para las figuras, gran parte de la expresividad se confía a los ojos, y en cuanto a la caraterización sí es cierto que JMV no hace aquí grandes aportaciones sobre diseño de personajes, vestimentas o estética fantasiosa, toma motivos ya presentes en versiones de rolm, películas, cómic, merchandising, etc.



Jesús Martínez del Vas ha realizado además otra obra parodia de Tolkien, "El Señor de los Panchitos", y los famosos "Epichodes" sobre Star Wars, actualmente difíciles de encontrar en el mercado, dicho queda. Aquí lo seguimos desde nuestos tiempos universitarios, fieles y ansiosos de leer sus colaboraciones con el periódico Gaceta Universitaria, que cada lunes nos traía su tira BOK, un erasmus de otro planeta que nos hacía pensar sobre el mundo académico. Por otro lado, en la actualidad lleva una página en la que va difundiendo dibujos e ilustraciones a la que está bien echarle un vistazo:

http://www.fotolog.com/_jmv_/


Uno de los aspectos más llamativos de este creador es que siempre se menciona aquí y allá que es arquitecto (y nos hemos informado que de un currículum ejemplar). Sin embargo, vemos sus páginas con una grafía irregular, deformada, audaz... su trazo no se corresponde con el lenguaje gráfico que esperamos de un arquitecto, esto es, academicismo, frialdad y sintetismo técnico. Ojo, esto no quiere decir que no sepa dibujar, que a nuestro entender es saber colocar en el papel cada cosa en su sitio a su tiempo para ser capaz de ser comunicativo (algo que sin duda Jesús logra). Pero volviendo al tema, tampoco se aprecia que investigue con detalle ciudades o lugares en sus composiciones, ni teorice sobre cultura arquitectónica, o que ni siquiera se esmere en presentar algo de creatividad espacial. Piensas: ¿para qué nos hace falta tener presente este dato? ¿Algún tipo de ese altivo ego de decir "me dedico a hacer dibujitos pero en mi vida profesional soy un tío grande"?

La verdad es que no nos parece eso. Investigando un poco a los arquitectos, y más hoy día que es una profesión que junto a la de periodismo está casi extinta, laboralmente hablando, te das cuenta que no te hablan de cosas tan abstractas. Allí se sufrió antes que en ninguna otra profesión la crisis, y hoy día goza de grandes artistas y pensadores sobre el mundo en que vivimos. Sí es verdad que hay casos y CASOS, pero en general es una carrera difícil de sacar adelante, que necesita de vocación, y que es  capaz de interactuar bastante con otras artes para aportarse mutuamente. Están sumando a la Cultura.



Vamos a fijarnos en un arquitecto llamado Álvaro Siza, que comienza a pensar sus edificaciones con un trazo tembloroso y dubitativo, realizado en el autobús, en un bar, y sobre papeles de propaganda, con notas al margen y una idea en principio abierta; no es raro ver incluso sus propias manos dibujadas por ahí. Luego ves que hay parte de este "mono" en lo que construye, aclamado por la crítica y los usuarios, y distinguido con múltiples y prestigiosos premios. 


La operación que está haciendo Siza es observar el mundo a través de su dibujo más inmediato, que es prácticamente una pulsión más de sus sentidos. Estudia y va interpretanto para alcanzar una compeja y depurada síntesis de pensamiento, en su caso con espacios, lugares y materiales, y en el de JMV con tinta, personajes y formato de papel. El autor de tebeos con obras como "El Jovit" está analizando la cultura en la que residimos, expresada nerviosamente casi como un concepto más que como un boceto, que es en apariencia simple y poco elaborado, pero que podemos interpretar fácilmente y que deja en nosotros una semilla de comprensión mucho mayor, a la espera de que seamos capaces de aportar la formalización, bien a través de su composición o bien con una de nuestra aportación. Eso también es ser un digno creador, y en ese sentido se adscribe a trabajos como los de Sempé o Sfar, entre otros muchos.

viernes, 15 de febrero de 2013

EL SUPERGRUPO, "El superretorno"

Uno de los regalos que nos trajeron las pasadas navidades fue la publicación de manos de EDT del álbum "El superretorno", continuación de las aventuras de EL SUPERGRUPO, y firmado por Efepé (Francisco Pérez Navarro) al guión y Nacho Fernández en el apartado gráfico. Parece ser que el escritor había recuperado su parte sobre los derechos de los personajes y encontró en este dibujante un compañero adecuado para volver a trabajar con ellos, aprovechando que este 2013 se cumplen 40 años de la creación del personaje Superlópez.



Los protagonistas del tebeo son una parodia de superhéroes Marvel y cobraron vida por vez primera (y única) como reparto de la colección de Superlópez en los números 2 y 3 de su colección (1979), titulados respectivamente "El Supergrupo" y "¡Todos contra uno, uno contra todos!", ambos enlazados argumentalmente. El protagonista de la serie era su líder, y se caracterizaban por sus constantes peleas y tropiezos. El guión lo realizó Efepé y los dibujos Jan



Decir Efepé alude a un curtido creador, traductor, correero, escritor y crítico con un gran conocimiento del medio cómic en general y de los tebeos publicados en España en particular, especialmente los de superhéroes (y seguro que me olvido de algo más también importante). En fin, quiero decir que el hombre sabe lo que hace. Suyos fueron algunos de los primeros guiones de Superlópez en los 70, aunque por entonces la editorial Bruguera marcaba mucho el esquema de lo que editaba y a veces ni siquiera firmó sus colaboraciones. Pero cuando el personaje adquiere su propia colección en 1979 sí se implicó bastante al principio, y escribe los números 1,2 y 3. Sin duda, motivó el arranque de la serie, aunque Jan siguiera después el camino por sí solo -actualmente sigue en la brecha y ya lleva 62 títulos. La etapa de Jan nos parece muy valiosa, pero diferente a esta primera, pues se ha centrado en la interpretación de libros, de la Historia, la recreación en clave paródica de noticias o sucesos relevantes o la detallada narración de viajes -reales o imaginarios-, por decir lo más importante. Sin embargo, aun hoy día con todo ese camino andado la gran mayoría de aficionados recuerda con mayor agrado o se siente más identificada con la etapa de Francisco Pérez al guión. No olvidemos que el país en el que se produce tiene una gran tradición y aceptación por el género de superhéroes; contemplar todo aquel desfile de especiales y descacharrantes seres se convirtió en todo un acontecimiento porque, ojo, fueron muchas más las aportaciones presentadas: Chiclón, la Maza, la bruja Morgana, etc. Cada nueva aportación era un guiño cómplice al lector de tebeos, y por sí sola llenaba una historia al interactuar y rivalizar con Superlópez, sin necesidad de crear una compleja trama. Estas apariciones "estelares" son algo que se ha ido diluyendo en la colección o no ha gozado de tanta importancia posteriormente.

Volviendo al álbum de EDT, podemos decir que se recupera aquel espíritu: aparecen nuevas parodias de personajes consagrados, por supuesto vuelven los protagonistas cobrando fuerza, se busca un nuevo componente para el equipo,... La particular caracterización de cada uno y las desternillantes situaciones que genera su interacción es el motor del argumento, contextualizado en los tiempos actuales. Quizás un revival que no sabemos si todavía mantiene aquel antaño gancho en un público amplio pero desde luego sí reconocemos a sus componentes y su forma de desenvolverse y hacernos reír. Podemos decir que son ellos.

Nacho Fernández ya había realizado antes muchos tebeos de humor, con un dibujo heredero del manga y de los álbumes europeos. Posee un trazo suelto y no tan recargado como el de Jan, pero se nota que lo ha estudiado -sus encuadres, la movilidad de sus personajes; en definitiva, ha trabajado mucho en este proyecto y se nota (al final del libro se incluyen bocetos), ofreciéndonos una eficaz narrativa gráfica y pronto se hace con el timón de la nave. 

¿Mi veredicto? Que es una lectura simpática, nos hace pasar un buen rato y rememora viejos tiempos. Reconozco que los comentarios que he oído siempre es que el Supergrupo tuvo su gracia en su momento, hace 30 años, y que hoy día es más difícil porque el mercado está inundado de parodias. Sin desmerecer los nuevos productos, que hay que estar siempre viéndolos con atención, pero a mí me gusta el jamón de pata negra, ¡y atención porque las páginas de este tebeo terminan confiando en futuras aventuras! (ojalá vuelvan más caras conocidas de la etapa Efepé/Jan).

El festejo del 40º aniversario de Superlópez continúa este mismo año al menos con otra actividad más, y es que en el mes de abril Jan y Francisco Pérez nos han prometido otro cómic donde el Supergrupo se encontrará de nuevo con Superlópez. Ahí va la ilustración ofrecida a modo de preview:


miércoles, 13 de febrero de 2013

“SAN PANCRAS PANDA” Y TODO ALAN MOORE EN BACK-STREET BUGLE

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A veces cerramos una puerta de forma aparentemente imprudente y abrimos otra que nos ha cautivado. En muchos casos, nos aguarda un fracaso, o tal vez una larga espera que nos desmotiva; por supuesto, también podemos estar de suerte. Con todo ello, el camino sigue adelante por esos nuevos senderos.

Alan Moore deja de lado un trabajo obrero estable en 1977 para intentar ocuparse en otro que le haga vivir de su producción artística, y al poco se entera de que su mujer Phyllis se ha quedado embarazada. La razón para este cambio tan aparentemente poco idóneo es que no estaba satisfecho con su vida hasta la fecha y, a pesar del “contratiempo” familiar, decidió proseguir con su empeño. Evidentemente, en la distancia ya sabemos que tomó una decisión acertada que proporcionó mucho bien tanto a sí mismo como a la Cultura en general.
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Pero volvamos a aquellos años de finales de los 70. Moore, seguidor de todo lo que se iba publicando, observó que en la Inglaterra de aquella época había una industria de cómic “pequeña y oscura”, como él mismo nos dice, pero que editaba a autores cuyo nivel confió poder alcanzar. Su pasado había estado ligado a movimientos artísticos underground de Northampton, en diversas facetas como la música, la actuación, la escritura o el dibujo, y por tanto estas labores le motivaban. Entonces, se afanó fervientemente en la creación, enviando multitud de trabajos a un sitio y a otro esperando encontrar alguna oportunidad de obtener algo de dinero. Fueron 18 meses de infructuosa búsqueda, muchas de aquellas historias se perdieron y sólo quedaron en su propio recuerdo (pues al principio enviaba los originales); otras sin embargo fueron publicadas aun de forma no lucrativa, como ésta de la que hablamos en el presente artículo: “SAN PANCRAS PANDA”.
Parece ser que unos amigos de Moore se habían mudado a Oxford por esa época y tuvieron conocimiento de un periódico local de corte alternativo, el “Back-Street Bugle”. Publicaba noticias sobre política y música locales, y también buscaban un humorista, para lo que ellos les presentaron a Alan Moore como un experimentado dibujante. Es verdad que él buscaba trabajo en el sector por aquellos momentos, pero ese currículum no era del todo cierto, pues lo único que había conseguido publicar antes era “Anon E Mouse”, y sin cobrar. No obstante, la colaboración se llevó a cabo y quedó compensada de sobra, pues el trabajo tampoco esta vez iba a ser pagado, si bien serviría como promoción del autor. La petición estribaba en realizar una página cada dos semanas.

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La ocasión fue definida por Moore como “una tremenda oportunidad de pulir su dibujo y técnicas narrativas, y someterlos a los plazos de entrega”. Para dar forma a su aportación, partió del rótulo que adornaba cada portada del periódico, en el que aparecía un oso panda tocando una corneta. Con ello, y parodiando al popular personaje de la literatura infantil inglesa el “Oso Paddington”, creó SAN PANCRAS PANDA. Como aquél, es un viajero con trenca y sueste (un sombrero impermeable con el ala levantada por delante y caída hacia atrás) al que le van sucediendo todo tipo de acontecimientos, pero en nuestro caso llenos de infortunios y contados con mucho humor y cinismo. Pancras proviene del Tíbet, donde lleva una santurrona vida de bondad hasta que es capturado por unos peleteros y llevado hasta Londres. Allí escapa para ir acaparando sobre sí todo tipo de penalidades en episodios autoconclusivos de una página. Le esperarán una secta, un juicio por plagio, la cárcel, una abducción, una sociedad secreta (inspirada en la trilogía literaria “The Illuminatus!” de 1975, narrada con humor por Robert Anton Wilson), un concierto, un viaje alucinógeno y finalmente el encuentro con el mismo Creador de su mundo (el propio Alan Moore caricaturizado, nombre con que firma en esta publicación). Sobre esto último, señalamos que en toda su etapa como dibujante fue muy habitual que Moore se incluyera como personaje en sus historias.

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La narración es bastante lineal, y llena de sátira de mil y un aspectos de la sociedad, la cultura y la vida británicas de aquella época, y por supuesto de la candidez de las historias de Paddington. Además demuestra ser un lector atento al panorama cultural y editorial de la época, usando como motor de cada historia algún tema de su actualidad que pudiera ser fácilmente reconocible por los lectores del periódico.
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El protagonista no habla, sólo piensa, e interviene de manera pasiva en cada situación, poco puede hacer ante lo que se le viene encima. Todos lo manejan como les da la gana, como una metáfora del carácter apocado o de los que callan y que no luchan por lo que creen, y con esta acción de ridiculizarlo nos anima justo a todo lo contrario. El resto de personajes son imaginativos, ni mucho menos ideales, pues reflejan fealdad, deformidades y todo tipo de defectos y vicios. La historia fue desarrollada esencialmente durante todo el año de 1978, nos imaginamos que compaginándose con otras cosas mientras Moore va buscando trabajo en la industria del cómic. Incluso queda inconclusa cuando encuentra el trabajo en Soundsmarzo de 1979- con su primera historia profesional “ROSCOE MOSCOW” (de hecho, la última página de San Pancras Panda publicada anunciaba para la siguiente entrega la que iba a ser la penúltima entrega: “¡El infierno de Panky!”, que nunca llegó a realizarse). Un dato curioso es que en los capítulos 6 y 7 se presenta, respectivamente, al psiquiatra Zoltan Von Zigoto y a la raza alienígena de los taucetianos, que serán reutilizados más tarde en Roscoe y tendrán un papel destacado.
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Quizás no es ésta aún una serie con toda la potencia literaria que atesoraba el autor, si bien es simpática, bien documentada en lo que expone y muestra un torrente de ideas y recursos a los que irá dando forma en el futuro. A pesar de ello, en las páginas finales se va apreciando evolución hacia una mayor riqueza técnica y argumental; por ejemplo, fruto de una página de colaboración que hizo para esta serie el otro dibujante del periódico, Dick Foreman, se crea una paradoja espacio-temporal que Moore no ignorará, pese a que por las razones laborales citadas dejará inconclusa (en las viñetas donde reza: carretera que va de Penge a Blackpool). Nos parece que ello empieza a despuntar ya cierta habilidad en la escritura, y además nos deja en la última página realizada una interesante reflexión sobre el concepto de lo que para Moore es Dios para nuestra cultura occidental.
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En el apartado gráfico podemos decir algo parecido, pues va desarrollándose de una forma muy experimental, tomando elementos underground, lovecraftianos, de Schulz, etc. (se revela muy promiscuo en sus gustos) así como cultivando y ensayando los tramados, punteados y sombreados. La composición de página básica que emplea contiene numerosos recuadros pequeños y recargados de dibujo, bocadillos e información. Prueba rotulaciones, trabaja a partir de fotografías, variando cosas pero invirtiendo siempre un gran esfuerzo en cada viñeta, con lo que podemos afirmar que aquí en esta serie comienza a definir ya un estilo personal.

No faltó la crítica a “San Pancras Panda”, como lo atestigua el texto de Sed Reeves incluido en el número 23 del periódico, en el que sale en defensa de las aventuras del personaje. Parece ser que no gustaban a Michael Green, canónigo del Rectorado de St. Aldate, y especialmente molesto por la viñeta donde Moore se dibujaba a sí mismo exclamando “¡¡¡Jodido Jesucristo!!!”, escribió en el periódico Oxford Star: “Es claramente sacrílego sobre Jesucristo. Me molesta ver una tira como ésta del Bugle disponible para la venta a un público de todas las edades. Es de excesivo gusto pobre, usa lenguaje soez, y es definitivamente sacrílego”, amenazando además con que trasladaría el asunto al Superintendente Jefe de la Policía de Oxford. También hubo respuesta del propio Moore y una ilustración cómica sobre la cuestión.
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Por otra parte, esta aventura en Back-Street Bugle permitirá que Alan Moore conozca a otro humorista: Dick Foreman, autor en dicho periódico de la tira “El Paliativo Moeby”. Harán bastante amistad, intercambiando incluso su página respectiva en una ocasión, hecho que se revela significativo; como ya hemos señalado más arriba, el San Pancras Panda de Foreman será tenido en cuenta en el guión de esta serie, y el carca Moeby Palliative que realiza Moore nos parece un antecedente de su posterior personaje Roscoe Moscow, que es crítico con la moral de derechas. Foreman y Moore seguirán perpetuando sus colaboraciones en el futuro, como en Sounds (1979) y hasta llegar a Dodgem Logic nº4 (2010).
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Un paso clave en el camino o una anécdota curiosa nos podrá resultar “San Pancras Panda”, a vuestro criterio. Lo cierto es que para los estudiosos de Alan Moore sí nos es necesario conocer a fondo su obra y agradecemos la oportunidad de tener acceso a estas páginas, proporcionada -una vez más- por cortesía de Pádraig Ó Méalóid en estos enlaces.

http://glycon.livejournal.com/15353.html

http://www.flickr.com/photos/slovobooks/sets/72157632587241328/with/8413873883/

Y a modo de catalogación, presentamos el siguiente listado sobre todo lo concerninte a Alan Moore en Back-Street Bugle con desglose de fechas, a la vez que cada material correspondiente (traducido y cocinado especialmente para la ocasión por Maese ABL):

-BACK-STREET BUGLE nº6, 7-19 Febrero, 1978. “Las aventuras de San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº7, 21 Febrero - 6 Marzo, 1978. “San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº8, 7-20 Marzo, 1978. “Las panorámicas aventuras de San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº9, 21 Marzo-3 Abril, 1978. “San Pancras Panda, su nombre en luminosos”.

-BACK-STREET BUGLE nº10, 4-17 Abril, 1978. “El juicio de San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº11, 18 Abril - 2 Mayo, 1978. “Los escritos de prisión de San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº12, 4-15 Mayo, 1978. “San Pancras Panda se topa con la enfermedad mental”.

-BACK-STREET BUGLE nº13, 16 Mayo – 5 Junio, 1978. Por el nacimiento de Leah, la primera hija de Alan y Phillys, no hay tira de San Pancras Panda en esta ocasión, aunque Moore remite un dibujo sobre el acontecimiento.

-BACK-STREET BUGLE nº14, 6-19 Junio, 1978. “Las asombrosas aventuras de San Pancras Panda”.

-BACK-STREET BUGLE nº15, 20 junio – 4 julio, 1978. Intercambio de creaciones: “San Pancras Panda encuentra la ‘normalidad’” por Dick Foreman y “La sensual pelota de playa”, tira de Moeby Palliative a manos de Alan Moore.


-BACK-STREET BUGLE nº16, 4-17 Julio, 1978. “San Pancras Panda se levanta de inmediato.. ¡La nariz de la pirámide!”.

-BACK-STREET BUGLE nº18, 15 Agosto - 11 Septiembre, 1978. “San Punkras Panda se enfrenta a la apatía en el Reino Unido”.

-BACK-STREET BUGLE nº21, Noviembre 1978. Phyllis Moore interviene en el periódico con una tira llamada “Spudland” (La tierra del esputo).

-BACK-STREET BUGLE nº22, Diciembre 1978. “San Pancras Panda el tío más grande y electrizante”.

-BACK-STREET BUGLE nº23, Enero 1979. Se presenta artículo de Sed Reeves en respuesta a una crítica del periódico Oxford Star sobre San Pancras Panda. No hay nueva entrega del personaje en este número, pero sí ilustración publicitaria de la revista Fortean Times y una historia titulada “Tiras con jugosas difamaciones a los japos”, precedida del siguiente texto: “Aquellos de vosotros ansiosos de más sacrilegio y blasfemia de parte de nuestro amigo el panda estáis condenados a la decepción. ‘Habiendo invertido un día entero haciendo los lápices / composición etc.’ dice Alan Moore sobre el siguiente episodio, ‘al ir a entintarlo por desgracia descubrí que la superficie del papel se había ido al carajo .. consecuentemente era como dibujar sobre 2 capas de papel higiénico superblando’. Panky volverá en el siguiente número – pero si estáis preguntándoos qué pensó él sobre el artículo del Star mirad la página 5. Tristemente tampoco contamos con Spudland de Phyllis Moore que ‘ha sucumbido a un debilitador y horrible virus’ – del que esperamos que ya se haya recobrado. Alan considera que es de origen asiático – y se venga con ‘Fat Jap Defamation Funnies’”.





-BACK-STREET BUGLE nº25, Marzo 1979. “San Pancras Panda tiene un poco de esa religión a la vieja usanza”.

-BACK-STREET BUGLE nº34, Diciembre 1979. Página de Moeby Palliative firmada por Dick Foreman y Mr. & Mrs. Curt Vile.

Otro último apunte curioso es el que hace Raymond van der Geugten sobre una posibles tira de Alan Moore en Back-Street Bugle aún no recuperadas a día de hoy:

Nº42 - "Just Another Day" por 'Curt Vile' y Dick Foreman



Recopilación de Back-Street Bugle y digitalización: por Pádraig Ó Méalóid.

Reseña, traducción y maquetación del especial “San Pancras Panda y todo Alan Moore en Back-Street Bugle”: por Maese ABL.