sábado, 16 de noviembre de 2013

BASES DEL XX CONCURSO NACIONAL DE CÓMICS CIUDAD DE DOS HERMANAS

Atención artistas de toda la geografía, ya está convocado el Concurso de Cómic de Dos Hermanas (Sevilla) para 2014, la 20º edición nada menos.

Un clásico ya, preparado para diferentes modalidades, edades y trabajos. Aquí tenéis las bases. ¡Participad y SUERTE!

sábado, 9 de noviembre de 2013

NO SÓLO SEXO, LOCURA Y METEORITOS EN “THE STARS MY DEGRADATION”


No chafamos a nadie la lectura al decir que el epílogo de la serie de ALAN MOORE ‘The Stars My Degradation’ presenta una estatua que resume irónicamente todo lo que como autor, resignado, sentía que se había quedado grabado de ella a sus lectores: “SEXO, LOCURA Y METEORITOS”. Pero lo cierto es que tras ella y en ella misma se ofrecía mucho más que eso pese a que el paso del tiempo haya posado un velo sobre esta obra, sobre todo fuera de Inglaterra. La revista ‘Sounds’, donde se publicó, contaba en ese momento con la nada despreciable audiencia de 250.000 lectores (según dato de Dez Skinn en Warrior nº2, 1982) y en su momento sus personajes eran reconocibles para el público británico. Tampoco es casualidad que Moore pronto romperá moldes y extenderá esas cualidades narrativas de las que dio pinceladas en ‘THE STARS’ hacia otras publicaciones, explorando temáticas reflexivas, con guiones muy estructurados y consistentes, aunque en historias más dramáticas y realistas. Nos proponemos por tanto hablar de uno de esos pequeños pasos de impulso antes del salto.

  Para situarnos, señalamos que las oportunidades de trabajo en 1979 tanto en la revista SOUNDS como en el periódico Northants Post habían ofrecido a ALAN MOORE la manera de entrar en el mundo profesional del cómic. Algo más de un año después había concluido su 1ª serie, “Roscoe Moscow” para la revista, y proseguía con las tiras de “Maxwell el Gato Mágico” en el citado diario. Nos encontramos en 1980, y el autor comenzaba a abrirse camino en otras publicaciones tales como 2000 AD y Doctor Who, labrándose un provenir como guionista que cada vez se iría haciendo más reputado y que experimentaría una progresión geométrica en ese mismo lustro. Sin embargo, aún seguiría un tiempo más afanado en sus labores al dibujo en esa última obra ambiciosa como autor completo, escritor y dibujante: “THE STARS MY DEGRADATION”.
Volviendo la vista atrás un momento, observamos que el trabajo en Roscoe Moscow y todo a su alrededor habían sido toda una explosión de creatividad y empeño. Alan Moore, bajo el alias CURT VILE (en homenaje al compositor judío Kurt Weill), se había convertido en una firma importante de Sounds, escribiendo artículos teóricos a la vez que intentaba hacerse valer como dibujante humorístico. Prácticamente todas las semanas desde su aterrizaje en el magazine preparaba una página apaisada en tamaño A3 donde destacaba su experimentación con la rotulación, la cantidad de personajes variopintos desarrollados, la amplia temática abordada (aunque principalmente en clave detectivesca, cada capítulo tenía un título propio y visitaba algún otro género, artista. libro o película), la utilización constante de gags para hacernos reír o el gran esfuerzo arrojado en el dibujo, con una minuciosa técnica de punteado y el trabajo desde la fotografía. El argumento iba discurriendo alocado, en servicio de la broma con Roscoe, un protagonista poco modélico. El final de una serie tan divertida resultó llamativo, pues tras una crítica destructiva que fue publicada y respondida por al autor, pocas entregas después, el 28 de junio de 1980, se llegó a su conclusión de una manera algo abrupta y desazonada. Bien es verdad que el humor que se nos presentó desde el principio no era del todo inocente y superficial, todo lo contrario, pues enmarcado en el underground desde el que operaba como autor, Moore había deslizado algunas de sus ideas contra el nazismo, a favor de los derechos de minorías como los homosexuales, e incluso ofreciendo su visión del panorama musical (Sounds era una revista semanal de rock publicada a nivel nacional en Inglaterra).

 A continuación hubo una semana de ausencia en el magazine, y así, el 12 de julio de 1980 apareció la siguiente serie que Alan Moore desarrollaría en él, “THE STARS MY DEGRADATION”, con el mismo formato. De nuevo, otra tira en tono de comedia aunque con personajes completamente distintos y desconectados de la precedente. Ahora el motivo principal sería bromear sobre ciencia ficción, género en auge para el público del Reino Unido de finales de los 70, y claramente en consonancia con el estudio que nuestro artista estaría haciendo para dar forma a sus guiones en las otras editoriales. Sin duda, utilizar la parodia cobra un sentido total en este momento pues es efecto de la aceptación y éxito de este tipo de historias en el mercado que se produce, y la de Alan Moore no sería ni la primera ni la única.
The Stars My Degradation’ (que en la reedición que hacemos en Embryo hemos traducido como “LAS ESTRELLAS MI DESATINO”) comienza relatando las andanzas de DEMPSTER DINGBUNGER, un joven bastante bobalicón, nativo del planeta Sputwang. Éste se encuentra colonizado por una puritana secta religiosa llamada Los Hermanos Tartamudos; todo la gente allí tartamudea, excepto Dempster, al que marginan a causa de ello. Tras plantearse el suicidio, decide emprender un viaje donde él encaje con su “patético defecto en el habla”. Como un aventurero espacial, llega al cosmopolita mundo de Depravación, su mismo nombre es indicativo, y al interactuar allí pronto su vida comenzará a complejizarse. Empezando por su apellido, Dingbunger, que en el resto del universo se considera un gravoso insulto (se refiere a “alguien a quien le gusta introducir su pilila mientras lleva un klamquatt de goma”), pasando por su enredado primer encuentro sexual y hasta ser sometido a un extraño e injusto juicio. La verdad es que el inicio de la serie nos recuerda bastante al trabajo que Moore hizo con su otro personaje primerizo atormentado, “San Pancras Panda”.
 
 
Pero la inspiración desde la que principalmente parte la parodia que Curt Vile realiza es la novela de Alfred Bester “The Stars My Destination” (“Las estrellas de mi destino”) de 1956. En ella, se cuenta la venganza emprendida por Gully Foyle, viajero náufrago en el espacio cuya petición de auxilio es ignorada por la tripulación de una nave espacial. El argumento de la serie de Sounds tomará pronto otros derroteros, pues Moore desde estos inicios es ya un autor ecléctico y manipula los elementos de base para hacer siempre un humor creativo; no obstante, cada página publicada se acompaña siempre del siguiente texto, en relación a los versos que Foyle repite en diversas ocasiones por la novela:

DEMPSTER DINGBUNGER ES MI NOMBRE,
SPUTWANG ES MI NACIÓN,
EL ESPACIO PROFUNDO ME ESCUPE EN LA CARA...

La novela se había puesto recientemente de actualidad al haber sido adaptada al medio del cómic por Howard Chaykin y Byron Preiss y publicada en EE.UU. (1979), y seguro que el autor de Northampton estaba al tanto de ello. Tampoco quedará ajena a otros éxitos del medio cómic que se producían en su momento, parodiando especialmente historias de Marvel Comics (los X-Men y el Vigilante).
“THE STARS” comenzó como una creación propia de Curt Vile, aunque a los pocos episodios se entrelazó con otro proyecto de ciencia ficción y humor que éste estaba desarrollando simultáneamente junto a Pedro Henry (Steve Moore) desde finales de 1979 y durante todo 1980, en cuatro entregas para el fanzine de música rock Dark Star: “TRES-OJOS McGURK Y SUS COMANDOS PLANETARIOS DE LA MUERTE” (ENLACE). El encuentro de ambos trabajos hizo que se creara un rico universo que con el pasar de los años se desplegó en varias etapas de publicación británica y norteamericana.
El trabajo de DARK STAR respondía al guión y entintado de Pedro Henry (Steve Moore) y a los lápices de Curt Vile (Alan Moore). Cuenta el viaje de una panda de cazarrecompensas al planeta Zilchtron, cuyo líder es el bajito y ligón mercenario TRES-OJOS McGURK, y entre otros, tenemos al ciborg psicótico AXEL PRESSBUTTON, con un botón en su pecho que le proporciona estimulación eléctrica directa a sus centros de placer y que además anda obsesionado con su odio a los vegetales, ya que un hongo verde vegano devoró la mitad de su cuerpo. Los personajes partían de ideas de 1977 de Pedro Henry para crear una historia de aventuras tipo space opera (no tanto de humor) y con protagonistas cuyo nombre fuera una alusión directa (Tres-Ojos, Cerebro de Cristal, Pulsa el Botón). Por otro lado, en ese mismo fanzine Curt Vile había creado ya antes una parodia de Superman, “El Vengador Jorobado”, que tuvo que abandonar a la 2ª entrega después de que los editores perdieran la página; en ella aparecía Lex Loopy, el villano, “un tipo maravilloso con una cara fantástica, un ojo más grande que el otro, ambos mirando en diferentes direcciones, y totalmente calvo”. Su idea visual la aprovechó para diseñar a Pressbutton, si bien la diferencia entre el tamaño de ojos se perdió en el dibujo del personaje con el pasar de las entregas, suponemos que por comodidad de dibujo. Lo cierto es que Alan Moore estaba enamorado de aquellos trabajos, dirá más adelante que “había energía cinética en ellos”.
Axel Pressbutton fue introducido en el episodio de 9 de agosto de 1980 de The Stars My Degradation, y Tres-Ojos McGurk en el de 31 de enero de 1981. El argumento de la serie enmarcó la historia del fanzine Dark Star como su futuro e integró a los dos personajes dentro del grupo que acompañaba a Dempster Dingbunger. La panda de aventureros del espacio se iría componiendo con MUPDOOK VALENTINO MUPDOOK, un mono parlante y cultureta que traficaba con Priapin 90 (el afrodisiaco más potente del espacio conocido);

varias chicas clon de FAY WRAY (la actriz de la película King Kong), androides que adoraban a Mupdook como un dios mono;

el criminal HARRY EL ARERO, un tipo sarcástico y acomplejado con un defecto en el habla (cambia la letra ‘s’ por ‘f’) y que posee un “aro intraespacial” con el que puede teleportarse;


NEKRILINA la Dama Muerta, mujer zombi melancólica, con plena conciencia, de vestimenta sofisticada (tipo gótica), y que está considerada como el bien más valioso del universo conocido (Alan Moore iría cambiando su nombre en diversas ocasiones, llamándola también Nekralina, si bien Steve Moore lo fijaría en el primero, para que el otro volviera a confundirlo de nuevo al final);

y HEDDA LITE, una bailarina que tiene implantados focos luminosos en lugar de pechos.

Este catálogo es sólo una muestra de la cantidad de llamativos personajes que fueron apareciendo, algunos parodia y otros originales, en muchos casos haciendo guiños a la ciencia ficción o la música (véanse las canciones aludidas, o por ejemplo el clon del futuro de Clodagh Rodgers, representante británica de Eurovisión en 1971). Pero muy pronto sería Pressbutton el que se haría con el papel protagonista, relegando a un segundo plano al noble aunque pazguato Dingbunger. Sin embargo, los personajes evolucionaron poco a medida que pasaban los episodios y en realidad la amplia cantidad de caracterizaciones de algún modo no estaba planteada más que como pretexto para añadir humor ligero a una página de entretenimiento de un periódico de temática musical, y cuyos lectores, como pasa mucho en el género periodístico, no iban a seguir puntualmente cada episodio como un autor espera: atentamente, palabra por palabra, viñeta por viñeta.
Curt Vile organizaría la trama en una colección de arcos argumentales para ir manejando a los personajes propios y de Steve Moore, otorgándoles escenarios donde poder sacarles partido e ir aplicando técnicas y efectos que quería conseguir. Se aprecia que no obedecen a un amplio plan preestablecido, sino que seguramente fueron construidos sobre la marcha, conforme el autor comprendía a los personajes y sus necesidades. El esquema para el argumento es sencillo, y responde al clásico viaje de ida y vuelta, visitando peculiares, peligrosos lugares que fortalecen al héroe, como nos apunta Andrew Edwards. Básicamente tenemos a la panda de Dingbunger envuelta en el reclutamiento de los Marines Espaciales, el asalto al mundo de Bunslott, el accidentado viaje a Barfo en la nave Nostrillo, el enfrentamiento con los Ex-Men y las aventuras en Depravación, todo ello bajo el hilo conductor de la consecución de unos fabulosos tesoros artísticos del “lejano siglo XX”.
Ya hemos hablado del entusiasmo y heterogeneidad del que estaba imbuida la anterior serie de Sounds, Roscoe Moscow. Pero si ‘THE STARS’ contenía un ritmo más pausado y narrativo, perdiendo aquel estampido de experimentación, fue porque el autor ya contaba con la seguridad económica del trabajo y ahora se tomaba su tiempo para trasladar sus ideas, se iba volviendo creativamente más ambicioso. El reto del trabajo regular le supuso un campo de pruebas donde comprender lo que funciona en el medio del cómic, tanto en sentido visual como lingüístico. Así, discurriendo de forma lenta abría posibilidades que no se retomaban hasta pasadas las semanas (o meses), de hecho, por tres veces tuvo que parar y hacer un episodio de recapitulación de lo acontecido. La parodia se convertía a menudo en crítica social y del sistema, exponía ideas ingeniosas, ya fueran de ciencia ficción o no, y algunos personajes iban adquiriendo una dimensión más profunda. Surgió asimismo el drama implícito –como la muerte de protagonistas descritas con un negro humor- y se acometió más valientemente el tema del sexo explícito. Sounds había dado libertad creativa a Alan Moore, y no era la primera vez que trataba este último asunto, ni aquí ni en otras publicaciones primerizas, pero cuando comenzó a ganar prestigio pasó a ser más observado y esta vez, con ‘THE STARS’ los editores sí lo censuraron, al menos por dos veces, reconocidas explícitamente en las tiras de 18/04/1981 y 18/12/1982.

Ese tema concreto molestó bastante a Curt Vile / Alan Moore, él mismo lo deja claro en forma de notas en los márgenes o traspasando la cuarta pared. Quizás estas tiras no eran el lugar apropiado para explorar esos caminos, y el tiempo dará la razón cuando Moore, tras varios parones en la publicación (suponemos que tanto por cansancio como por incremento de carga de trabajo en otras editoriales), le pase el testigo de los guiones a Pedro Henry / Steve Moore desde 1982 hasta el final de la serie a principios de 1983. Henry había estado aportando ideas y cediendo personajes desde el principio, se reconoce abiertamente en diversas entregas de la tira, y con ello queda claro que estaba al tanto de lo que ocurría semana a semana. Su etapa se caracterizará por volver al humor disparatado y atar con oficio los cabos sueltos en los arcos precedentes, así como continuar aportando personajes con gran carga imaginativa y divertida, si bien no emprendió nuevas tramas sustanciales. El maestro de Alan Moore comenzaba paralelamente en la revista Warrior un spin-off de esta serie, LASER ERASER & PRESSBUTTON, recuperando a su propio personaje en la narración de sus primeros años, que a la larga se convertirá en uno de sus trabajos más internacionales y reconocidos en el mundo del cómic.
Durante mucho tiempo, desde una valoración teórica se ha vuelto costumbre habitual denostar las labores gráficas de Alan Moore respecto a su escritura. No tratamos de hacer reproche –es el mismo Moore uno de los valedores de esta idea- aunque sí hemos de decir que observamos que gracias a su trabajo al dibujo fue adquiriendo mecanismos gráficos y de composición eficaces con los que posteriormente guiaría a los dibujantes de sus textos. Desde nuestra perspectiva, no se trata de apartados diferentes a comparar en el estudio de la obra de Moore, sino que dibujo y narrativa forman parte de un mismo e intrincado proceso
Las páginas de ‘THE STARS’ reflejan una evolución notable de Alan Moore como dibujante. No son estéticamente muy bellas, en cambio sí irán mostrando viñetas cada vez más grandes y en servicio de la composición global; se librarán de la extensa carga textual de trabajos precedentes y el humor y la descripción se volverán más gráficos; se explora la personalidad, la gestualidad y el encuadre desde un enfoque principalmente visual, bastante eficaz; aumentan las elipsis y escenas sin diálogo; aparecen texturas de brillo/sombra/polvareda adaptadas a la técnica de impresión; se insiste en los efectos de movimiento y nunca nos perderemos con el paso de una viñeta a otra.
No en el tema de la anatomía, pero sí es destacable cómo el trazo se diferencia entre la abundancia de extraños y variopintos personajes, volviéndose preciso o rápido según la circunstancia. Tampoco se da por perdido ningún fondo, sino que el escenario siempre forma parte importante de la historia, la complementa, y Moore se afana en definir cada uno de ellos detalladamente y documentándose mucho en su referentes culturales.

El grafismo nos traslada de inmediato al mundo colmado de exagerados referentes Ci-Fi, coherentemente absurdo, que puebla la mente del autor, y nos conecta sin recelos con las ideas sexuales y el dialecto vulgar rozando lo grosero con que gusta expresarse aquí (no perdemos de vista el mencionado tono con que hacernos reír y pasar el rato que se le requería desde la revista). La colección de páginas de la serie supone un prolongado cultivo donde hacer acopio de cada hallazgo, cada estrategia. En este trabajo Curt Vile no se amedrentó en su ilustración a medida que sus guiones se iban volviendo más complejos, incluso en algún momento –en la página de 15 de agosto de 1981, cuando intercambia papeles con el otro dibujante de la revista, Lápiz Salvaje- dirá en la tira ‘Rock n’ Roll Zoo’ que mucha gente “considera su estilo muy profesional por el realismo del estilo”, lo que nos demuestra que aún confía en sí mismo. Después de esta etapa Moore achacará a un problema de velocidad el que en el futuro definitivamente se decantara por dedicarse en exclusiva a escribir, pese a que en el capítulo final de ‘THE STARS’ prometiera volver en Sounds con “una salvaje y absurda serie de tiras NUEVA”.

Ésa pudo ser una razón, pero, por otro lado, la verdad es que cuando no pretende hacernos reír su estilo de dibujo no encaja bien con esos otros propósitos. No logra desarrollarse hasta ese punto más bello, más complejo, que a priori necesitan las historias de corte más serio, y Andrew Edwards lo atribuye a que nunca como dibujante ha logrado escapar de sus influencias estéticas (Crumb, Clay Wilson, Kirby, Schulz, revista MAD) y cobrar una apariencia más personal. La propia comprensión de eso desembocó en cierta dejadez gráfica que será más notoria aún en su tira más longeva, ‘Maxwell’.

Lo que no cabe duda es del compromiso constante de Alan Moore con el magazine ‘Sounds’ mientras permaneció en su plantilla. No ganaba mucho dinero, frecuentemente cruzaba la cuarta pared para hablarnos de su agobio ante los plazos de entrega o de que necesitaba una publicación más frecuente o con más espacio para contar todo lo que bullía en su imaginación (a menudo cita “¿por dónde iba...?”), e incluso se sintió ultrajado ante la censura que sufrió, y sin embargo todo ese tiempo no cesó de ilustrar y escribir artículos, diseñar rótulos para más cosas aparte de su propia tira. Ejemplo relevante son los especiales navideños de varias páginas completas que cada año entregaba y eran publicados en las página centrales, dos de los cuales se dedicaron a ampliar historias del universo descrito en ‘The Stars My Degradation’: “NAVIDADES EN DEPRAVACIÓN” y “LA PROMETIDA DE PRESSBUTTON”. El primero, a finales de 1981 lo escribió junto con Pedro Henry y presentaba al personaje Mysta Mistralis, la Ejecutora Láser que ya había sido citada en ‘THE STARS’ y co-protagonizaría la nueva serie que Steve Moore / Pedro Henry y Steve Dillon lanzaban en la recién creada revista Warrior: “Laser Eraser & Pressbutton”; la aventura se volvía más seria y tendía lazos entre lo publicado en Sounds y Warrior. Es curiosa la comparación/broma que Alan Moore hace con la portada de Steve Dillon, que utiliza sus mismos personajes aunque rediseñados (quita la forma fálica del pecho de Axel para que adquiera un sentido menos disparatado) y dibujados por un autor emergente y en pleno estado de forma. Declarará: “Naturalmente, Steve no es ni la mitad de artista que yo. Tan sólo hay que mirar lo mal que hace las piernas. Pero el problema es que como mi Pressbutton se diseñó para una tira cómica y se suponía que tenía que parecer tan absurdo como fuera posible, la cronología puesta así establece que el mío es posterior, la versión más mayor, y la de Steve es el prototipo. Pero cuando colocas las dos juntas en la historia navideña para Sounds, obviamente todo esto que digo se viene totalmente abajo. Obviamente la de Steve es más funcional, más dura que este mequetrefe larguirucho con pies de oruga que he estado realizando desde hace más de un año. Creo que su versión es realmente buena. Quedé inmensamente encantado cuando vi el arte de Steve. Parece estar progresando a pasos agigantados con la tira. Siendo bastante francos me hace sentir vergüenza. El canalla.”
 
 
Éste posiblemente fue el primer caso notorio en que el de Northampton comprendió cómo mejoraban sus ideas al ser dibujadas por especialistas más capaces que él en la representación gráfica.

El segundo especial, en la navidad de 1982, fue obra completa de Alan Moore / Curt Vile y nos cuenta un hecho futuro de la vida de Pressbutton aunque anterior a “Tres-Ojos McGurk y y sus Comandos Planetarios de la Muerte”. Curt Vile no sólo había volcado en mucho su serie ‘THE STARS’ alrededor de la figura de un personaje que no era suyo, cambiándolo bastante respecto a su concepción original, sino que ahora le aporta nuevas apreciaciones, lo que es una muestra más de la total sintonía con Steve Moore, creador del personaje y a quien le afectaba lo narrado ya que en estos momentos estaba realizando con gran éxito su spin-off para Warrior, como hemos dicho.


'The Stars My Degradation' terminó pues en 1983, pero la vida posterior de Laser Eraser y Pressbutton, a pesar de estar ambientada en un tiempo anterior a la primera, fue más longeva; de hecho se convirtió en la serie favorita de la revista Warrior para los lectores ingleses (compitiendo con Marvelman O V de Vendetta, entre otras maravillas) y fue la primera que se exportó a los EE.UU. Por fortuna, para los que nos gusta la historia de The Stars My Degradation / Las Estrellas mi Desatino, no todo queda en la revista ‘Sounds’ como vemos, y prueba de ello es esta cronología completa que, eh, editores, no estaría mal ver pronto en nuestros mercados:



ÍNDICE DE LECTURA


-Diciembre de 1979 – diciembre de 1980: “Tres-Ojos McGurk y sus Comandos Planetarios de la Muerte” en el fanzine Dark Star. Guión y entintado: Pedro Henry. Lápices: Curt Vile.

-Julio de 1980 – diciembre de 1981: “The Stars My Degradation” en la revista Sounds. Guión y dibujo: Curt Vile.

-Abril de 1981: Reimpresión de “Tres-Ojos McGurk y sus Comandos Planetarios de la Muerte” en la publicación Rip Off Comix nº8 de Gilbert Shelton para el mercado americano.

-Diciembre de 1981: “Navidades en Depravación”, especial para la revista Sounds. Pedro Henry (co-guionista) y Curt Vile (co-guionista y dibujante). Artista invitado: Stve Dillon.

-Febrero de 1982 – Marzo de 1983: “The Stars My Degradation” en la revista Sounds. Guión: Pedro Henry. Dibujo: Curt Vile (también guionista el 09/10/1982 y 19/03/1983).

-Diciembre de 1982: “La prometida de Pressbutton”, especial para la revista Sounds. Guión y dibujo: Curt Vile.

-1982 – 1985: “Laser Eraser & Pressbutton” en la revista Warrior. Guión: Pedro Henry. Dibujo: Steve Dillon, David Jackson, Garry Leach, Dave Gibbons, Cam Kennedy, Alan Davis, Hunt Emerson, Mick Austin.

-1985 - 1986: “Axel Pressbutton”, título propio en la editorial Eclipse Comics (USA). Reimpresión a color en 6 números del material de Warrior. También “Laser Eraser and Pressbutton”, 6 nuevas entregas con guión de Pedro Henry y arte de Steve Dillon, David Lloyd, Mike Collins, Brian Bolland, Dave Gibbons, Jim Baikie, Jerry Paris, Garry Leach, Cam Kennedy.

-Enero de 1996: “3D Laser Eraser & Pressbutton”. Eclipse Comics. Guión de Steve Moore / Pedro Henry y dibujos de Mike Collins.

--Desde 2004 prevista nueva historia de “Laser Eraser & Pressbutton”con guión de Steve Moore y dibujos de Jon Haward, ambientada en la etapa de Steve Dillon. Aún inédita.

-Según declaraciones de Alan Moore a Pádraig Ó Méalóid en 2008, Steve Moore ha vendido los derechos para un videojuego sobre Pressbutton, aún inédito.


BIBLIOGRAFÍA (TEXTOS)


- Entrevistas a Alan Moore (años 80-actualidad).
- Escritos en la revista Warrior, 1982-1985.
- “Forward”. Por Eddie Campbell, 1986 .
- “The other Alan Moore”. Por Bambos, 1986.
- “Digging up Moore’s underground”. Por Greg Strokecker, 2003.
- “Alan Moore in Sounds Magazine”. Por David Hume, 2003.
- “Alan Moore’s The Stars My Degradation”. Por Andrew Edwards, 2008.
- “Parody in Alan Moore’s The Stars My Degradation”. Por Andrew Edwards, 2008.
- “Storyteller”. Por Gary Spencer Millidge, 2011.
- “Estudio sobre Alan Moore y Northampton”. Por Maese ABL, 2011.